Hago un 'paréntesis' para comentar, por su relevancia para mi país, el reciente exilio de Edmundo González Urrutia [EGU], líder opositor venezolano y ganador de las controvertidas elecciones presidenciales de julio de 2024, lo cual marca un giro significativo en la crisis política de Venezuela. Su salida del país, aparentemente facilitada por una operación diplomática liderada por España, propone preguntas sobre el futuro de la oposición, el papel de la comunidad internacional y la continuidad del régimen de Nicolás Maduro. La presente entrada de blog es, con el conocimiento que tenemos a través de los medios, un análisis 'relámpago' de los efectos que tiene este exilio en la dinámica política venezolana, sus implicaciones a nivel global y cómo la oposición, ahora más liderada por María Corina Machado, puede gestionar esta compleja situación.
1. Impacto del exilio en la política de Venezuela
El exilio de EGU puede simbolizar un retroceso para la oposición, que 'saca' al ganador oficial de la contienda electoral y fortalece la posición del régimen Maduro, quien logra deshacerse de su contendiente sin haber mostrado todavía las actas que validarían los resultados de los comicios. Además, refuerza el ciclo de represión chavista, que ha encontrado en la judicialización y persecución política un instrumento clave para neutralizar a sus adversarios. Se plantean al menos tres cuestiones:
¿Qué
futuro le espera a la oposición venezolana
sin la presencia física
en Venezuela del 'presidente electo' ?
Históricamente, la fragmentación y la persecución de líderes opositores han debilitado las capacidades de movilización en contextos autocráticos. Sin embargo, hay también ejemplos históricos de que cuando un líder opositor es forzado al exilio o es detenido, su ausencia no necesariamente implica el fin de la resistencia, sino que puede abrir un espacio para la creación de coaliciones más amplias y cohesionadas. La oposición venezolana necesita fortalecer la estrategia unificadora, evitar las fracturas internas y aprovechar la legitimidad ganada en el ámbito internacional. La experiencia histórica sugiere que el fortalecimiento de un liderazgo colectivo puede ser clave en este contexto, donde la represión es alta y las divisiones dentro del gobierno autoritario son aún latentes.
¿Cómo afectará esto la estrategia de la oposición?
El exilio de EGU posiciona aún más a MCM como la principal figura visible y articuladora de la coalición. Con la debilidad de que al no haber competido en las elecciones por su inhabilitación, no es el 'presidente electo'. La estrategia de MCM y EGU, ahora que él está fuera de Venezuela y goza de libertad de movimiento, puede irse a fortalecer la coalición opositora y las alianzas tanto dentro como fuera de Venezuela, algo que otros líderes históricos lograron eficazmente durante su exilio. Además, toca mantener una comunicación efectiva con la comunidad internacional ya que la legitimidad del régimen Maduro sigue en cuestión. En términos electorales, la coalición opositora puede verse impulsada si logra capitalizar el exilio de EGU como una prueba más del autoritarismo del régimen y como una llamada de atención para la unidad opositora.
¿Esta
acción refuerza o debilita el
régimen Maduro ante sus
seguidores?
El exilio de EGU puede ser visto de dos formas dentro del madurismo. Por un lado, el régimen podría presentarlo como una victoria al haberlo neutralizado sin necesidad de una confrontación directa. Lo que reforzaría la narrativa autoritaria de control total sobre el aparato judicial y de seguridad. Sin embargo, en regímenes autoritarios las victorias basadas en represión no necesarialmente son sostenibles a mediano o largo plazo.
Pero, por otro lado, al permitir el exilio de EGU, Maduro también expone una debilidad: su incapacidad para silenciar totalmente a la oposición y para imponer el 'castigo total' que prometió. Esto puede provocar descontento entre los seguidores más radicales del madurismo, quienes ven en cada concesión una traición a los principios del régimen. La narrativa de 'resistencia' que ha sostenido a Maduro podría empezar a erosionarse si se percibe que el gobierno no controla completamente el escenario político.
2. Impacto del exilio en el contexto internacional
El papel de España y otros actores internacionales resalta el delicado equilibrio entre facilitar o respaldar la salida de un opositor y evitar reconocer su victoria electoral, una línea que España ha mantenido cuidadosamente. La postura de no reconocer a Maduro pero tampoco a González Urrutia como presidente legítimo, refleja la cautela de la Unión Europea frente a un posible conflicto diplomático mayor. Se plantean las siguientes cuestiones:
¿Qué implicaciones tiene en la política exterior de España y la UE?
Conceder asilo político a EGU envía un mensaje claro sobre la postura de la Unión Europea respecto a la crisis política en Venezuela. La UE, que no ha reconocido los resultados de las elecciones presidenciales, refuerza su postura de rechazo a la falta de transparencia en los comicios y las violaciones de derechos políticos bajo el régimen Maduro. Fortalece la alineación de los países europeos en defensa de los derechos humanos y las garantías democráticas, lo que implica una continuidad en las sanciones y presiones diplomáticas sobre Venezuela. Sin embargo, la UE también busca mantener abiertos canales de diálogo, tal como lo ha hecho en otros contextos de crisis, y esta acción podría complicar cualquier intento de acercamiento diplomático con el régimen Maduro.
Estados Unidos probablemente verá la concesión de asilo como una validación de su propia postura hacia el régimen Maduro, que ha sido similar a la de la UE en cuanto al no reconocimiento de los resultados electorales. La administración estadounidense podría intensificar su apoyo a la oposición venezolana, que empleará el asilo de EGU podría ser utilizado por EEUU como una confirmación de la falta de democracia en Venezuela, para reafirmar la necesidad de sanciones y presiones diplomáticas adicionales.
Rusia y China, en cambio, continuarán respaldando al régimen Maduro. Para ambos países, Venezuela es un aliado estratégico en la región, especialmente en términos de recursos naturales y geopolítica. Es probable que interpreten el asilo como una intervención occidental en los asuntos internos de Venezuela, una narrativa que tanto Rusia como China han utilizado en el pasado para justificar su apoyo a Maduro. Aunque no es probable que alteren su postura, estos países podrían criticar a la UE y a EEUU por lo que perciben como interferencia en la soberanía venezolana.
¿Cómo
reaccionarán actores internacionales
Lula da Silva ha jugado un papel relevante en la región como promotor del diálogo con el régimen Maduro, alejándose de la política más confrontativa que había mantenido su predecesor Jair Bolsonaro. Lula ha optado por una estrategia de 'no aislamiento' de Venezuela y abogado por una solución negociada. Pero la negativa a exhibir las Actas electorales y ahora el exilio forzado de EGU podría poner a prueba la viabilidad de esa estrategia diplomática. Por un lado, Lula se verá presionado para no ser percibido como un facilitador de un régimen represivo. Por otro lado, podría seguir defendiendo que el diálogo es el único camino viable para resolver la crisis, evitando condenar de manera directa a Maduro por la represión política, con el objetivo de mantener su papel de mediador. O sea, para Brasil este evento tensiona la estrategia de Lula y su capacidad para mantener una posición 'intermediaria' que sea aceptable tanto para la oposición venezolana como para el régimen Maduro. Si la represión se intensifica Lula podría verse obligado a reconsiderar su enfoque y endurecer su postura ante Maduro, algo que afectaría sus gestiones diplomáticas en la región.
Gustavo Petro en Colombia también ha priorizado el diálogo, en contraste con la política de aislamiento que había mantenido el expresidente Iván Duque. Petro ha normalizado relaciones diplomáticas con Venezuela y ha promovido un enfoque de 'no intervención' directa en los asuntos internos venezolanos. Sin embargo, el exilio forzado de EGU representa un desafío para Petro, quien se autodefine como defensor de los derechos humanos y la democracia. Si Petro no condena abiertamente el exilio, podría ser criticado tanto dentro como fuera de Colombia por apoyar implícitamente a un régimen que viola esos principios. Al mismo tiempo, Petro necesita mantener el canal abierto con el régimen Maduro para avanzar en cuestiones bilaterales como el 'proceso de paz', la estabilidad en la frontera compartida y la gestión de la crisis migratoria. Para Colombia el dilema es complejo ya que el 'contexto regional' y la fuerte presencia de migrantes venezolanos hacen que cualquier escalada represiva en Venezuela tenga consecuencias directas para su política interna y externa.
En síntesis, el exilio forzado de EGU podría impulsar a Brasil y Colombia a reconsiderar su enfoque y alentar una 'postura más firme' en defensa de la democracia en Venezuela. La cooperación entre ambos países será clave para determinar si continúan promoviendo el diálogo o si adoptan medidas más duras ante el régimen Maduro, lo cual tendría importantes implicaciones en la dinámica regional y la 'credibilidad de sus políticas exteriores'. Mientras buscan mantener la estabilidad regional y relaciones diplomáticas con Venezuela, tendrán que equilibrar la defensa de los derechos humanos con sus objetivos geopolíticos. La gestión de este desafío podría determinar el éxito de sus estrategias hacia Venezuela y su papel como mediadores en la crisis.
3. Impacto del exilio en la política doméstica española
El Partido Popular ha cuestionado que facilitar el exilio de EGU sin reconocerlo como presidente electo es una concesión al régimen Maduro. Esta cuestión será una pieza más de la disputa interna en España y revela las tensiones que hay en la política española respecto a la política exterior hacia Venezuela. Se plantean varias cuestiones:
¿Puede
el gobierno de Pedro Sánchez mantener su enfoque
de neutralidad sin
generar una mayor polarización interna?
El gobierno de Sánchez está caminando sobre una línea delicada al intentar mantener un enfoque neutral en la crisis venezolana. Aunque dará asilo a EGU, ha evitado reconocerlo oficialmente como presidente electo de Venezuela, alineándose con la postura de la UE que no valida el resultado electoral de Maduro pero tampoco reconoce a su opositor sin más evidencia concluyente.
Para Sánchez el desafío es mantener una postura que sea coherente con la diplomacia europea, que evita tomar decisiones precipitadas sobre el reconocimiento de líderes en contextos tan frágiles. Si bien esto le permite actuar con cautela en la esfera internacional, internamente puede verse como una falta de apoyo claro a la causa democrática en Venezuela, lo que será explotado por el PP. La clave para Sánchez será manejar el discurso y explicar que el asilo no implica un reconocimiento político total, sino una medida humanitaria. Aun así, será difícil evitar que esta postura se traduzca en mayor polarización interna, especialmente si el PP lleva el debate al Congreso, como ya se anunció.
¿Qué
efectos tendrá en la percepción pública del rol
de España como
mediador en conflictos internacionales?
El asilo refuerza la percepción de España como un país que defiende los derechos humanos y ofrece protección a los perseguidos políticos, lo cual fortalece su reputación como refugio para disidentes y un facilitador en la resolución de crisis. Sin embargo, al no reconocer formalmente a EGU como presidente electo, España corre el riesgo de que algunos sectores lo vean como insuficientemente firme en su defensa de la democracia en Venezuela, lo cual puede empañar su papel de mediador ante una parte de la comunidad internacional. Aun así, es probable que muchos vean esta postura como pragmática, dado que un reconocimiento pleno podría limitar la capacidad de España para actuar como un puente entre diferentes partes en el conflicto.
4. Escenarios o desenlaces planteados
Estos parecen ser los tres escenarios más plausibles:
Incremento del Autoritarismo
El régimen Maduro podría aprovechar el exilio de EGU como una victoria simbólica para incrementar su control sobre el país, lo que implicaría aún más represión y más severa, incluyendo la persecución a otros líderes opositores y el cierre de cualquier espacio de negociación o disidencia. La maquinaria del régimen se mantendría unida y usaría tácticas de distracción (como la convocatoria anticipada de la Navidad o campañas mediáticas) para desviar la atención de la crisis interna. En este escenario, Maduro consolidaría su poder y dependería del apoyo de aliados estratégicos como Rusia, China, Irán y Turquía, mientras continúa evitando sanciones adicionales o intervenciones más agresivas de la comunidad internacional.
Escenario de Resistencia Opositora
La oposición venezolana podría reorganizarse y movilizar a sus bases para incrementar la presión interna y aprovechar el creciente descontento popular. Al mismo tiempo, la UE, EEUU, la OEA y el resto de países alineados, podrían aumentar las sanciones económicas y diplomáticas contra el régimen Maduro para intentar aislarlo tanto económica como políticamente. Este escenario podría generar mayor 'inestabilidad interna', aunque el régimen se sostendría al menos en el corto plazo. La represión seguirá siendo una herramienta clave para sofocar el descontento pero la creciente insatisfacción podría derivar en una nueva ola de protestas masivas o en algún tipo de fractura dentro del régimen.
Escenario de Negociación y Transición Pactada
No obstante lo visto, en política puede siempre surgir un espacio para una negociación política, que no será resultado de la benevolencia del régimen, eso no puede esperarse. Sería una negociación impulsada al mismo tiempo por la presión internacional, alguna fractura en el régimen y su debilidad estructural en términos económicos y sociales. En este escenario, podría surgir una plataforma de diálogo más robusta que las anteriores, con participación de actores internacionales. Una transición pactada podría incluir una amnistía para ciertos actores del régimen y la participación de sectores moderados del madurismo en el nuevo gobierno de transición. Desde luego, es el escenario más complejo de lograr pero también el único que podría conducir a una solución pacífica y estable a largo plazo.
5. ¿Cómo puede gestionarse la crisis en la oposición?
Si algo ha mostrado la oposición venezolana liderada por MCM ha sido entereza, prudencia y sabiduría para gestionar la resistencia frente al régimen y conducir el proceso hasta donde se ha llegado hoy. Aún a riesgo de escribir o repetir obviedades y con el conocimiento limitado que tengo de lo que puede estar realmente ocurriendo, me atrevo a proponer tres acciones estratégicas para maximizar las opciones opositoras en este momento crítico.
Internacionalizar el conflicto a un nivel mayor
Seguir trabajando para aumentar la presión internacional sobre el régimen Maduro. Esto incluye no solo obtener mayor apoyo de la UE y EEUU, sino también comprometer definitivamente a actores estratégicos como Brasil y Colombia y 'apagar' el respaldo que ofrecen actores como China o Turquía. Seguir haciendo uso de tribunas internacionales como el Parlamento Europeo, la OEA y la ONU, para reforzar la narrativa de que el pueblo venezolano ha sido despojado de su voluntad democrática. Impulsar sanciones duras y específicas contra los principales responsables de la represión en Venezuela y fomentar la creación de un bloque latinoamericano que presione por una solución negociada sería crucial.
Movilización y desobediencia civil
Continuar con la movilización civil masiva pero con enfoque pacífico y disciplinado, que deslegitime cualquier uso de la fuerza por parte del régimen. La desobediencia civil organizada, con huelgas, manifestaciones y ocupaciones de espacios públicos, puede aumentar el costo político de la represión para Maduro. Con el exilio de EGU, se debe reforzar el discurso de esperanza y resistencia pacífica, que promueva la cohesión social y apele al sentido de sacrificio colectivo por la libertad.
Fortalecer una coalición aún más sólida e inclusiva
Lo anterior será inútil si no se fortalece la unidad de la oposición y se construye una coalición que incluya a más sectores políticos y sociales, incluyendo a 'chavistas' moderados, representantes de la sociedad civil, grupos económicos que desean un cambio pacífico y sobretodo, seguir acercándose a los sectores populares, tradicionalmente la base de apoyo al chavismo. Debe mostrarse 'flexibilidad' no solo en el discurso sino en la estrategia política, como decía Mandela, 'lo esencial son los principios, todo lo demás son estrategias'. Aceptar que para debilitar a Maduro es necesario un frente común que abarque una base social gigantesca, para desarrollar un movimiento social que el régimen no pueda ignorar o desarticular.
Desde luego, esta base social debe incluir necesariamente a las los integrantes de las Fuerzas Armadas y de seguridad, que han sido el pilar fundamental para sostener a Maduro en el poder. El régimen ha asegurado su lealtad mediante un complejo sistema de beneficios, corrupción interna, control de sectores económicos clave (incluyendo empresas estatales y el contrabando de recursos) y la promoción de una falsa narrativa de defensa de la soberanía frente a presiones internacionales.
Pero, la historia enseña que un ejército es leal al régimen hasta que deja de serlo. Si bien el alto mando militar parece firmemente alineado con el régimen Maduro, es lo que parece, es probable que existan tensiones internas. Sectores de la tropa media y baja y ciertos grupos dentro de la oficialidad podrían estar descontentos debido a las malas condiciones económicas y la falta de oportunidades.
La oposición debe continuar intentando generar simpatías dentro de los mandos medios y bajos de las Fuerzas Armadas, que podrían ser más receptivos a la posibilidad de un cambio si se les garantiza seguridad y protección frente a futuras represalias. Una estrategia de amnistía clara y garantizada para aquellos oficiales y soldados que decidan distanciarse del régimen puede ser un punto de inflexión.
La oposición debe también ser capaz de ofrecer un plan de transición inclusivo que contemple un papel para las Fuerzas Armadas en la Venezuela post-Maduro, sin purgas masivas ni retaliaciones. Esto podría incluir reformas para profesionalizar y despolitizar al Ejército y a los cuerpos de seguridad, como se hizo en la transición política de 1961, junto con incentivos para que estos sectores apoyen un cambio político pacífico.
A medida que la crisis económica se agrava, el descontento dentro de las filas podría aumentar. La oposición debe seguir apelando al patriotismo de los militares y resaltar que la lealtad se debe al pueblo y a la Constitución, no a un régimen ni a una 'corporación' de políticos. En ese sentido, conectar la situación actual con la pérdida de oportunidades para las Fuerzas Armadas y sus familias sigue siendo una posibilidad de abrir grietas en su respaldo al régimen.
Desde luego, también la comunidad internacional puede aumentar la presión sobre los altos mandos militares mediante sanciones duras y específicas dirigidas a quienes se han beneficiado del régimen Maduro. Esto podría incluir restricciones que les hagan reconsiderar su lealtad al régimen. Al mismo tiempo, es importante que se ofrezcan incentivos para que consideren apoyar una transición.
En conclusión, el exilio de EGU plantea nuevos desafíos tanto para la oposición como para la comunidad internacional. Es crucial consolidar la unidad de la oposición, internacionalizar aún más la causa venezolana y movilizar a la ciudadanía de manera pacífica para forzar una transición que permita a Venezuela recuperar su democracia.
En Vigo, el 8 de septiembre de 2024.
4 comentarios:
¡Gracias Ricardo! Excelente explicación.
Que bueno saber de ti Ricardo, me alegra muchísimo que un profesional tan talentoso como tú no haya dejado de conectarse al mundo del derecho, la justicia y otras materias. Excelente análisis a tomar en cuenta.
Gracias a ti Urru, por leerlo completo y comentar.
Gracias Diamora, por leer el artículo y comentar. ¡Qué bueno saber de ti también! Aunque he tomado el rumbo de empresario, nunca me desconecto del Derecho, la justicia, la empresa y la vida en sociedad. Seguimos en contacto.
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